17 enero 2011

Semillas de la buena Salud.


CHIA

Historia 
Para los mayas, la chía era uno de los cuatro cultivos básicos destinados a su alimentación, junto al maíz, el poroto y el amaranto. De allí que ofrendaban estas semillas a los dioses, en agradecimiento por las cosechas. Los aztecas usaban la chía en distintos preparados nutricionales y medicinales

Propiedades 
Las semillas de chia tienen un gran aporte de ácidos grasos esenciales, representan la fuente vegetal con más alta concentración de omega 3. Poseen un 33% de aceite, del cual el ácido linolénico (omega 3) representa el 62% y el linoleico (omega 6) el 20%. 
Estos disminuyen el índice de enfermedades coronarias; ayudan a normalizar la presión arterial elevada; reducen el nivel de colesterol; protegen al corazón contra daños causados por ataques cardíacos; juegan un papel fundamental en el mejora de los sistemas nervioso e inmunológico; ayudan en el sano desarrollo del embarazo y del crecimiento infantil.  
Ademas la semilla de chía está muy bien dotada de antioxidantes, los cuales, además de resultar un saludable aporte dietario y terapéutico, sirven a la buena conservación del aceite. Los antioxidantes, además de proteger los ácidos grasos, nos protegen de tumores, afecciones cardiovasculares, inflamaciones, virus y radicales libres. La chía tiene buena dosis de proteína, no posee gluten. 
En materia de vitaminas, es una buena fuente del grupo B, pero es en materia de minerales que la chía vuelve a destacarse. En materia de calcio entre 6 y 10 mas que la leche. Además posee gran riqueza en magnesio, potasio y fósforo, minerales sinérgicos al calcio. En materia de oligoelementos, la chía es una gran fuente de hierro. Este valor  casi triplica al hígado vacuno. La chía también contiene buenos valores de cinc y manganeso, siendo muy pobre en sodio. Otra virtud de la chía es su buena cantidad y calidad de fibra, sobre todo en forma de fibra soluble (mucílagos). Este tipo de fibra retarda el índice de glucosa en sangre y reduce la absorción de colesterol.

GIRASOL  

Historia                                                                                                                                                     Nativo de las fértiles llanuras de los Estados Unidos, se estima que el cultivo del girasol se realiza desde el año 900 a.C. Las tribus indígenas americanas lo cultivaban para usos muy variados, entre ellos el consumo de las pepitas como fuente de energía. 

Propiedades 
El girasol es apreciado por su cualitativo aporte de vitaminas (sobre todo algunas claves como la B1, ácido fólico, B12, D y E), minerales (principalmente hierro, magnesio, calcio, fósforo, cinc y potasio), proteínas (23% de su peso) y enzimas digestivas. Contiene abundante vitamina E , potente antioxidante protector de los ácidos grasos. Esta cualidad se ve potenciada por la presencia de polifenoles, que inhiben la proliferación bacteriana, las infecciones y la producción de nitrosaminas cancerígenas en los intestinos. Desde el punto de vista energético, el girasol es acaso el vegetal terrestre más eficiente en la captación y almacenamiento de energía fotónica del sol, convirtiéndose sus semillas en verdaderas celdas solares.

LINO
                                                                                                                                                      Propiedades
Tiene un alto contenido de minerales (potasio, fósforo, magnesio, calcio, cinc, hierro), vitaminas B, C y E, enzimas y fibra soluble (mucílagos).
El lino es el vegetal con mayor contenido de lignanos, fitoestrógenos que ayudan al equilibrio hormonal femenino. Estas fitohormonas protegen especialmente contra tumores intestinales (colon) y de sensibilidad hormonal (mama, endometrio, próstata). Los mucílagos presentes en el lino, pertenecen al tipo de fibra carente en la dieta moderna: la fibra soluble. Además de activar la función intestinal, nutre la flora, neutraliza el exceso de acidez, estabiliza la glucosa en sangre y regula el colesterol.
El consumo regular de lino ayuda en problemas de piel seca, soriasis, acné, eccemas, sed anormal, síntomas menopáusicos, colesterol elevado, presión alta, constipación e inflamación intestinal, problemas cardiovasculares y circulatorios, diabetes, reumatismo, tumores y síndrome premenstrual. La medicina ayurvédica indica al lino para regenerar el tejido pulmonar, tanto en congestiones, afecciones crónica o procesos degenerativos.

SÉSAMO                                  

Historia                                                                                                                      
Es uno de los cultivos más antiguos de la humanidad. En la tumba del faraón Ramses III (siglo XIII a.C.) hay indicaciones sobre su uso culinario. En la antigua Grecia era conocido y apreciado, recomendándolo Hipócrates en sus escritos. En países de Oriente, como Japón y China, el sésamo constituye un alimento tradicional, pues posee la facultad de fortalecer el sistema nervioso, mejorar el metabolismo y prevenir varias enfermedades, entre ellas la arteriosclerosis y la hipertensión arterial, retardando el envejecimiento celular y favoreciendo la longevidad. En la India es símbolo de inmortalidad, representando el principio de la vida.

Propiedades 
Las semillas de sésamo contienen una amplia variedad de principios nutritivos de alto valor biológico. Tienen un 52% de lípidos, de lo cuales el 80% son ácidos grasos insaturados, principalmente omegas 6 y 9, lo cual les confiere una gran eficacia en la regulación del nivel de colesterol en sangre. Entre estos lípidos se encuentra la lecitina, grasa fosforada que desempeña una importante función en el organismo: es componente esencial del tejido nervioso, se encuentra en la sangre, el semen, la bilis e interviene en la función de las glándulas sexuales. La lecitina es un poderoso emulsionante que facilita la disolución de las grasas en medio acuoso, previniendo el agotamiento nervioso y cerebral. En la sangre mantiene disuelto el colesterol, evitando así su depósito en las paredes arteriales. El sésamo es, junto a la soja, el vegetal más rico en lecitina.
 El sésamo tiene proteínas, de alto valor biológico, formadas por 15 aminoácidos distintos con una elevada proporción de metionina (uno de los 8 aminoácidos esenciales). A nivel de vitaminas, el sésamo posee dos del complejo B (B1 o tiamina y B2 o riboflavina). También aporta buena cantidad de vitamina E (tocoferol), que es antioxidante y responsable de los siguientes procesos orgánicos: retardar el envejecimiento, reducir la tasa de colesterol, eliminar los metales tóxicos (las algas tambien son buenisimas para eliminar los metales toxicos), mantener el tono muscular y nervioso, la fertilidad, la virilidad y el índice de coagulación. Además el sésamo posee vitaminas B3, B5, B6, K, ácido fólico, biotina, inositol y colina.
 En minerales es donde se destaca, sobre todo por su alto contenido de calcio biodisponible. Pero la relevancia del sésamo respecto a los lácteos, es que también esta bien dotado de los minerales necesarios para que ese contenido de calcio pueda ser fácilmente asimilado por el organismo; nos referimos al magnesio, el fósforo, el silicio, el cinc, el cobre y el boro. Además el sésamo posee la mayoría de los demás nutrientes sinérgicos al calcio: ácidos grasos esenciales, vitaminas y aminoácidos. También posee cantidades importantes de potasio, hierro (10,4 mg contra 7,9 mg del “afamado” hígado), selenio, yodo y cromo.
Otros componentes interesantes del sésamo son sus antioxidantes, que han demostrado producir los siguientes efectos: retardan el envejecimiento celular, prolongando la vida útil de las células; actúan contra hongos y bacterias; inhiben el desarrollo de células cancerígenas; poseen acción antiparasitaria; eliminan radicales libres, interrumpiendo procesos de oxidación celular; se potencian con la vitamina E (alfa tocoferol) presente en la semilla, mejorando su absorción en el organismo y, en consecuencia, su acción antioxidante.
Completa la riquísima composición del sésamo, su excelente calidad de fibra. Además de la fibra insoluble, están los mucílagos presentes en la semilla, los cuales le confieren una suave acción laxante y un importante efecto protector de la flora intestinal.

AMAPOLA
La amapola es una flor roja que crece de forma casi salvaje, si bien no es de gran valor alimenticio se sabe que contiene ácido linoleico, colaborando así en la no formación de tumores.
Al contrario de su “prima” la adormidera, la papaver somniferum, ésta amapola no es tóxica. La amapola común ejerce un suave efecto sedante en el sistema nervioso y sirve para hacer disminuir la tos y para expectorar.
Las semillas de amapola constituyen una importante medicina natural, debido al papel que tienen como calmante nervioso del organismo. Tiene un efecto potente, y por ello se utilizan habitualmente para lograr calmar nuestros nervios y conseguir una total relajación del sistema nervioso. Por este motivo su uso es muy recomendado en épocas de tos nerviosa, espasmos, situaciones de estrés… Es por esto que se las considera un sedante natural. Su uso es recomendable en estados de estrés que se manifiestan de forma somática.

Extraído del libro “Alimentos Saludables ”.
Disfruten de esta informacion, si sabemos lo que comemos potenciamos las propiedades. 

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